El Che se resiste a ser confinado en el recuerdo del 8 de octubre, o ser
reconocido sólo como el guerrillero heroico. Su figura de pensador
revolucionario se yergue sobre sus hazañas de guerrero, y baja al siglo
veintiuno a pelear contra los que él siempre enfrentó: los dogmas, las
oligarquías y el reformismo.
El Che se enfrentó a los dogmas sostenidos por la Unión Soviética próspera,
fuerte, arraigada, con tradición, cuna y núcleo del Socialismo mundial, que
dictaba líneas políticas al resto del mundo. Había que tener coraje y audacia
teórica para cuestionar las tesis de la Unión Soviética, y además hacerlo desde
el marxismo revolucionario y desde la Revolución.
Ese cuestionamiento que el Che hizo a las tesis soviéticas nos dejó grandes
y útiles enseñanzas para los procesos revolucionarios actuales.
El Che cuestionaba la visión dogmática que postulaba de forma mecánica que
las fuerzas productivas al desarrollarse entraban en contradicción con las
relaciones de producción, y esa contradicción se resolvía con la Revolución.
Por tanto lo que había que hacer era desarrollar las fuerzas productivas, y
luego se daría la Revolución. Estas tesis tienen consecuencias en el
comportamiento político de los revolucionarios.
Si eso era así, los revolucionarios de estos países del Sur no tenían otra
cosa que aliarse con las burguesías nacionales e impulsar el desarrollo de las
fuerzas productivas. Aparecía así la paradoja de revolucionarios en alianzas
con los enemigos de clase, impulsando a las burguesías.
De esta manera, en manos dogmáticas, el marxismo se transformó en un
instrumento contrarrevolucionario: en nombre del marxismo se construyeron tesis
para no hacer la Revolución y para disuadir a quien pretendiera hacerlas.
El Che, que venía recorriendo a la América en busca de una Revolución, se
topa con otros “herejes”, con Fidel, que venía del Asalto al Cuartel Moncada,
calificado años más tarde por el Che como una acción contra los dogmas y
contra las oligarquías.
El Che se une a este contingente hereje, y nace como revolucionario
cuestionando en la práctica el cepo ideológico que impedía que los pueblos
latinoamericanos emprendieran sus luchas revolucionarias. Recordemos que el
Partido Comunista de Cuba no comprende las acciones de Fidel, y no las acompaña
desde el primer momento.
El Che, estudioso incansable y empapado de una práctica que ponía en lugar
hegemónico a la conciencia, puede indagar las causas y consecuencias del
dogmatismo soviético que tanto daño hacía a la causa revolucionaria mundial.
Hace pocos años se ha publicado material que nos indica el profundo estudio
que hizo el Che de estas desviaciones, “Los Apuntes Críticos al Manual de
Economía de la Academia de Ciencias de la Unión Soviética ” es el más
importante de estos.
En este libro, editado por Ocean Sur, se recogen los comentarios que
el Che le hace párrafo por párrafo a este manual. Pero más que por su
cuestionamiento al manual, el valor de los apuntes críticos es que expone lo
sustancial del pensamiento del Che para la etapa de transición hacia el
Socialismo.
¡El Che Vive!
¡El Socialismo es la Esperanza!
¡Criticar
es amar! ¡Con Chávez, con Maduro, Socialismo resteaos!
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